La generación à rasca, a la calle Miles de portugueses se manifiestan contra la precariedad laboral
La gran pancarta que abría la manifestación
“El país está en apuros” se leía en la inmensa pancarta que encabezaba la manifestación del 12 de marzo en Lisboa. Detrás de ella, y a lo largo de toda la Avenida da Liberdade, alrededor de 200.000 personas alzaban sus carteles y gritaban sus consignas: “¡con precaridad, no hay libertad!”.
Desempleados, trabajadores con contratos basura, jóvenes a la búsqueda del primer empleo, estudiantes con un futuro incierto, familias al completo… Todos ellos, ciudadanos indignados y desesperados, unidos por un mismo objetivo, por una misma necesidad: luchar contra la precariedad y exigir soluciones que velen por los derechos de los trabajadores.
Pasadas las tres de la tarde, arrancaba la manifestación desde el Cine Tívoli, y lo hacía al ritmo de la música. Acordeones, trompetas, tambores y hasta una tuba componían la banda sonora de la protesta, interpretada por el grupo Farra Fanfarra. Una banda sonora al estilo Kusturika en la que no dejó de cantarse el reivindicativo “Bella ciao”.
Tres horas duró el recorrido hasta el punto de encuentro final, la plaza de Rossio, escenario de las mayores manifestaciones lusas desde la Revolución de los Claveles. Algunos de los miembros del movimiento juvenil “Geração à rasca”, organizador de la protesta, se encargaron de cerrar el encuentro con palabras de lucha y de esperanza, los dos ingredientes básicos para abrir las puertas a una sociedad más justa.
Ahora está por ver si el éxito de la manifestación no queda sólo en una cuestión de afluencia ciudadana. Ya las bocas han hablado. Ahora falta que los oídos se dispongan a escuchar.